en el fondo de las aguas se celebra una liturgia de
coral
sobre el altar se depositan lentamente los sueños
que gravitan y descienden
ofrendas recogidas por las olas mecidas por la
corriente
bajo la noche sumergida sin estrellas
un pueblo peregrino de exilios y esperanzas
construye una ciudad blanca
de almas limpias y paralelas
mujeres luminosas y hombres que se yerguen
sobre raíces minerales y primigenias
arriba se debate y se discuten
los modos las formas las maneras
se reparten las culpas y se cifran
los daños y las pérdidas
pero
en el fondo de ese mar mediterráneo
se escucha un coro de voces negras
que canta la nostalgia de la orilla prometida que
llora y besa la tierra
al otro lado del mundo
el
paraíso
siempre los espera