viernes, 9 de octubre de 2015

Elogio de las plazas





Allí donde el converso

sufrió el escarnio.

Allí donde la razón

agonizó entre llamas.

Donde el rumor de una sospecha

se erigió en pecado

y donde, al giro del garrote,

tembló la madrugada.


Allí donde elevaron sus consignas

los coroneles.

Allá donde las madres del mundo

se rebelaron.

Allí donde nacieron revoluciones

entre claveles.

Allí donde las rosas

se desplomaron.


Allí donde cantó el poeta

su último verso.

Allí donde el profeta

extrañó su patria.

Donde aquel viejo pueblo

reclamó su historia

y dónde aún se escucha el eco

de una guitarra.


Allí donde siguen bailando nuestros abuelos

en las fotos en sepia de la nostalgia.

Donde nuestros padres intuyeron la vida

desbrozando horizontes, alegando esperanzas.

Allí donde en nuestra juventud nos sorprendió la aurora,

celosa de los besos


que te robaba.